A PIE CAMBIAO
La inspiración nace del propio nombre del producto.
Debe haber una justificación gráfica que inspire, o al menos acompañe la marca.
Por esta razón partimos de una forma arquitectónica que se corresponde con el peldaño de una escalera de “pie cambiado”. Esta escalera sirve para espacios reducidos y funciona colocando un solo pie en cada huella. El peldaño tiene forma de trapecio para poder pasar el pie opuesto sin tropezar. A partir de ahí el diseño se completa incorporando tres vacíos que representan los caminos a la viña, siempre reconocibles desde el horizonte y que cobran radical importancia en el paisaje vinícola como elemento integrador. Todo ello se coloca sobre un lienzo de terruño que da textura y profundidad al resultado final. Por último y no menos importante, cada mirada imaginará lo que le plazca sobre un diseño que resulta un concepto abstracto: un zapato, una escultura, un monte, etc.
La tipografía es fundamental en el futuro del producto. Con un nombre largo, el consumidor tenderá a simplificar y detrás de una barra de mármol espetará: “¡Ponme Un Cambiao!”, en vez de: “¡Ponme Un Pie!”. O eso creemos.
Al menos intentamos que así suceda, dándole más importancia a esa palabra y jugando con una caligrafía muy significativa, donde la letra “A” no es simétrica y puede “cambiar” (de nuevo) cada vez que se usa.
Diseñado por ESTUDIO BESPOKE